Bueno,
como el título indica voy a brindarles algunos ejercicios para
masajear y relajar las orejas. La idea es prestar atención a la
totalidad del cuerpo y darle algo de cuidado de vez en cuando. Los
ejercicios permiten aumentar la circulación sanguínea del lugar
ejercitado, permitiendo una mejor eliminación de posibles elementos
tóxicos, mejorando la circulación, activando la zona, lograr que
tomemos mayor conciencia del lugar de nuestro cuerpo a ejercitar y
también ayudar a relajar los músculos del lugar en particular. Sin
duda, y a pesar de ser inicialmente un estímulo local, los
ejercicios tendrán una repercursión en todo nuestro organismo. En
esta ocasión prestaremos atención a nuestras orejas, seguramente en
otras oportunidades les traeré algunos ejercicios para otros lugares
de nuestro cuerpo que también merecen atención y cuidado.
Masajes
de las Orejas
Tras
friccionarnos con fuerza para que entren en calor, tomamos cada oreja
entre el anular y el medio del lado correspondiente y masajeamos
vigorosamente de abajo arriba y de arriba abajo, 30 veces.
Luego
nos cubrimos las orejas con las palmas de las manos y masajeamos de
atrás adelante y de adelante atrás doblando y desdoblando los
pabellones auriculares, 30 veces.
Por
último, pellizcar el pabellón entre el índice y el pulgar y darle
masaje
Efectos:
Estimular las circulaciones energética y sanguínea en los
pabellones de las orejas y en el mismo oído. Potencia la audición. Las
orejas guardan correspondencia con los riñones (según la Medicina
China); al dar masaje a las orejas estimulamos dichos órganos. Por
otra parte, los pabellones de las orejas son zonas reflejas en donde
se proyecta todo el organismo (según la Acupuntura China), de modo
que al estimularlos activamos todos los puntos reflejos del cuerpo y
fortalecemos todas las funciones en conjunto.
Ejercicios
Para Relajar las Orejas
- Envolver un paquetito con la oreja: coja el pabellón auricular con los dedos pulgar e índice, como si quisiera envolver un paquetito, y tire ligeramente de él moviéndolo en círculos, con movimientos giratorios.
- Hacer vibrar la oreja: introduzca la punta del dedo medio en la entrada del conducto auditivo y agítelo ligeramente para hacer vibrar la oreja. Observe el movimiento respiratorio.
- Masajear la oreja: con los dedos pulgar e índice aplique un ligero masaje sobre el pabellón auricular y la entrada del conducto auditivo.
- Palpar la oreja desde dentro de la boca: mantenga la boca cerrada y trate de palpar con la punta de la lengua en la dirección de su oreja derecha. Imagínese que puede horadar los conductos auditivos. Relaje la lengua y deje que el ejercicio surta efecto. Luego repítalo al lado izquierdo. Este ejercicio es tanto para la lengua como para las orejas.
Fuentes
Bibliográficas:
“Aprender
a Respirar” de Hilltrud Lodes.
“La
Gimnasia de la Eterna Juventud” de Yves Requena.
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