Para asegurar la homesotasis, los
líquidos corporales deben contener cantidades similares de ácidos y
bases. Cuanto mayor sea el número de iones hidrógeno (H+) disueltos
en una solución, más ácida será ésta; por el contrario, cuanto
mayor sea el número de iones hidroxilo (OH-), más básica
(alcalina) será la solución. Las reacciones químicas que ocurren
en el organismo son muy sensibles a los pequeños cambios en la
acidez o alcalinidad de los líquidos donde tienen lugar. Cualquier
desviación de los estrechos rangos normales de las concentraciones
de H+ y OH- ocasiona grandes trastornos en las funciones corporales.
La acidez o alcalinidad de una
solución se expresa en la escala de pH, que se extiende desde 0
hasta 14. El punto medio de la escala de pH es el número 7, donde
las concentraciones de H+ y OH- son iguales. Una sustancia con un pH
de 7, como el agua, es neutra. Una solución que tiene más H+ que
OH- es una solución ácida y su pH es menor que 7. Una solución que
tiene más OH- que H+ es una solución básica (alcalina) y tiene un
pH mayor que 7. [1]
Considerables
cantidades de ácidos son continuamente producidos en el cuerpo
durante los procesos del metabolismo normal. Estos ácidos, como
todos los otros, deben su actividad a los iones de hidrógeno en
solución, los cuales tienen el poder de producir notables cambios
fisiológicos, inclusive la muerte. Felizmente, los procesos del
cuerpo son funciones muy eficientes para neutralizar los iones de
hidrógeno. Son tan eficaces que, bajo todas las condiciones
ordinarias de la vida, la reacción química, esto es, la
concentración de iones de hidrógeno en la sangre y el flujo de los
líquidos por las células del cuerpo, son prácticamente constantes.
[2]
El
ph de la sangre es ligeramente alcalino (7,35 – 7,45), y cualquier
desviación es rápidamente neutralizada por mecanismos denominados
“amortiguadores”. Uno de ellos es la utilización de un mineral
alcalino, el calcio, razón por la cual, la acidosis crónica puede
producir descalcificación y osteoporosis.
Como ya hemos
dicho, el cuerpo vivo es siempre ligeramente alcalino
(a excepción de ciertos órganos, como el estómago), y si
los tejidos se tornan ácidos, aunque levemente, sobreviene la
muerte. Pero antes de que la alcalinidad de la sangre sea reducida al
punto neutro, surgen muchas y serias enfermedades. El exceso de ácido
pone en peligro la salud y la vida. Todos los residuos del cuerpo son
ácidos que deben ser eliminados sin demora. En los procesos
ordinarios de la vida, los álcalis son consumidos de continuo,
agotándose su provisión.
En gran parte,
es por los alimentos que ingerimos, como podemos mantener el
equilibrio correcto y, en estas condiciones, es evidente que
necesitamos comer muchos alimentos que mantengan el cuerpo en un
elevado grado de alcalinidad, y pocos alimentos que generen acidez.
Con excepción
de algunas sustancias neutras o casi neutras, la reacción a cada
alimento es ácida o alcalina. Esto significa que, después que el
cuerpo ha aprovechado las sustancias nutritivas, los residuos son
ácidos o son alcalinos.
Las sustancias
alcalinas así formadas tienen el poder de neutralizar los varios
ácidos de los fluidos del cuerpo y dejar práctiamente ningún
residuo para ser expulsado por los órganos de eliminación. Por otro
lado, los alimentos generadores de ácidos dejan buena parte de
residuos.[2]
Alimentos
Acidificantes
- Carne y derivados.
- Cereales y derivados (pan, galletitas, fideos).
- Legumbres.
- Leche y derivados. (Se considera la leche de vaca natural como alcalina).
- Huevo.
Alimentos
Alcalinizantes
- La mayoría de las frutas y verduras.
- Algunos consideran al mijo como ligeramente alcalinizante.
Se podría decir que los alimentos
concentrados (carne, huevo, leche, cereales, legumbres y frutas
secas) son acidificantes dado a que son de más difícil digestión y
generadores de más residuos que las frutas y verduras. Como todo, es
necesario encontrar un equilibrio entre los alimentos acidificantes y
los alcalinizantes. Muchos especialistas recomiendan una ingesta
diaria de un 75% de alimentos alcalinizantes y un 25% de alimentos
acidificantes. Esta visión concuerda con muchas otras lineas de
investigación de diferentes enfermedades (diabetes, cáncer, etc)
que recomiendan una mayor cantidad de ingesta de frutas y verduras
diarias. Además de su aporte de fibra, fitoquímicos que ayudan a
curarnos, minerales, vitaminas, aminoácidos, azúcares; podemos
sumarle su gran aporte como alcalinizadores, propiedad que derive
seguramente de su calidad nutritiva anterior. Desgraciadamente en la
dieta moderna predomina la ingesta de los alimentos acidificantes.
Como muestra la imagen, también hay otros factores que influyen en la acidificación del organismo como: deporte intensivo, sedentarismo, estrés, medicamentos, alcohol y tabaco.
Pero, el limón es super ácido no? Sí pero aunque no lo crea tiene
una acción alcalinizante...
Ácidos
Inofensivos
El hecho de que
algún alimento contenga cierto tipo de ácido, no lo convierte en un
alimento formador de éste. El pomelo, el limón y la naranja,
contienen ácido cítrico; la manzana contiene ácido málico; la uva
contiene ácido tartárico. Todos estos ácidos son oxidados en las
células del cuerpo y son exhalados por los pulmones, como gas
carbónico. Estas frutas de sabor ácido dejan en el cuerpo residuos
alcalinos que, por la oxidación se tornan fuentes de energía.. [2]
Ácidos
Perjudiciales
Los siguientes
productos contienen ácidos ofensivos al organismo, por lo que deben
ser eliminados de la dieta:
- El vinagre contiene ácido acético, que perjudica a la digestión, ataca el hígado y tiene que ser expelido por los riñones.
- El ácido benzoico es, muchas veces, empleado en los alimentos con fines de conservación de los mismo. Debe ser evitado.
- El ácido úrico es un residuo de las células, debiendo ser eliminado por los riñones. [2]
Acidosis y
Cáncer
El Dr. Martí Bosch [3] utiliza un lenguaje metafórico para explicar
sus técnicas terapéuticas contra el cáncer. Nos explica que a las
células cancerígenas hoy en día lo que se hace es, o bien
“cortarle la cabeza” (cirugía), o “enviarla a la hoguera”
(radioterapia), o “envenenarla” (quimioterapia), y que si ninguno
funciona no se puede hacer más nada. Luego nos cuenta que la mejor
forma de “conquistar” el cáncer es el “asedio”, cortando sus
rutas de abastecimiento y modificando el entorno para que nadie pueda
entrar ni salir; y luego sentarse a esperar o reforzar el asedio con
máquinas y herramientas de asalto. Para esto era imprescindible
entender las condiciones de supervivencia de una célula cancerosa, a
diferencia de una célula sana.
Según sus investigaciones, Otto Heinrich Warburg (premio Nobel por
su tesis "la causa primaria y la prevención del cáncer”)
explicaba:
“La falta de oxígeno y la acidosis son las dos caras de la misma
moneda: cuando usted tiene uno, usted tiene el otro. Las substancias
ácidas rechazan el oxígeno; en cambio, las substancias alcalinas
atraen el oxígeno.”
“Privar a una célula de 35% de su oxígeno durante 48 horas puede
convertirlas en cancerosas.”
“Todas las células normales tienen un requisito absoluto de
oxígeno, pero las células cancerosas pueden vivir sin oxígeno, una
regla sin excepción.”
“Los tejidos cancerosos son tejidos ácidos, mientras que los sanos
son tejidos alcalinos.”
En su obra “El Metabolismo de los Tumores”, Warburg explicaba que
todas las formas de cáncer se caracterizan por dos condiciones
básicas: la acidosis y la hipoxia (falta de oxígeno). También
descubrió que las celulas cancerígenas son anaerobias (no utilizan
oxígeno) y no pueden sobrevivir en un entorno con alto nivel de
oxígeno. En cambio, sobreviven a la glucosa, siempre y cuando el
entorno esté libre de oxígeno.
Volviendo al Dr. Martí Bosch, él explica que “se sabe que la
célula sana vive en un medio alcalino rico en oxígeno, usa muy poco
sodio para vivir y utiliza proteínas levógiras (con giro a la
izquierda) que son estables en él. Por el contrario, el paciente que
desarrolla un proceso oncológico entra en acidosis metabólica (es
decir, el terreno se acidifica) y hay entonces escasez de oxígeno (a
eso le llamamos hipoxia) lo cual obliga a las células sanas a mutar
si no quieren morir. “
Se puede concluir con todo esto que el cáncer es simplemente un
mecanismo de supervivencia que usa la célula para vivir en un
entorno desfavorable, es decir, ácido y sin oxígeno.
Contínua diciendo el Dr. Bosch: “luego si queremos neutralizarlo
sin atacarlo (al cáncer), ¿qué habrá que hacer? Pues usar la
táctica del asedio. Y para ello hay primero que desacidificar el
terreno alcalinizando al paciente. Lo que se logra erradicando los
ácidos que se han acumulado en el organismo. En este ámbito es por
eso clave la alimentación -hay que eliminar de la dieta todo lo que
acidifica y eso incluye el alcohol, el café, el tabaco, el azúcar,
los lácteos, los hidratos de carbono refinados, la carne roja- y
tomar periódicamente baños de agua caliente con sal marina. En
segundo lugar debe seguirse una dieta hiposódica, es decir muy baja
en sodio o sal. Tercero, es preciso aportar al sistema enzimas
proteolíticas de acción selectiva, enzimas con capacidad para
eliminar las proteínas dextrógiras dejando intactas las levógiras.
Y aquí hay que recordar el extraordinario trabajo de D. Fernando
Chacón, creador del Bio Bac, producto que logra exactamente eso. En
suma, si eliminamos las proteínas dextrógiras dejando a las células
tumorales sin comida, hacemos una dieta hiposódica -sin sodio las
células cancerosas no pueden mantener la estabilidad de la membrana
y el citoplasma- y reducimos el nivel de ácidos, el medio se vuelve
alcalino y rico en oxígeno. Y el oxígeno es tóxico para la célula
tumoral anaeróbica. En definitiva, para que las células cancerosas
mueran basta modificar su entorno porque no sobreviven en terrenos
alcalinos y oxigenados. Da un resultado excelente. Por eso cada vez
son más abundantes los casos de remisiones entre los enfermos de
cáncer que siguen este protocolo.”
Estas son las recomendaciones para curar el cáncer por el Dr. Bosch,
pero como más vale prevenir que lamentar, creo que esta información
es importante para todos. Es importante una alimentación más
alcalina, es decir, donde predominen las frutas, verduras,
germinados, brotes y semillas.
Hay una variedad de causas para el desbalance ácido-alcalino, pero
la dieta es el factor principal. Generalmente, si nuestra dieta
incluye muchos alimentos ácidos tales como: grandes cantidades de
carnes, embutidos, granos, leche pasteurizada, grasas, azúcar, y
exceso de proteína en general, en personas de cierta estructura, su
cuerpo se vuelve ácido. Si se consume muchos alimentos alcalinos
tales como: frutas, vegetales, miso y vegetales de mar, con esa misma
estructura, se puede volver el cuerpo alcalino. Investigaciones
alrededor del mundo concuerdan que una relación óptima de ingestión
ácido-alcalina es aproximadamente de 80% alimentos alcalinos y
20% alimentos ácidos. Pero, cada individuo debe encontrar su
propio balance.
[1] Extraído
del libro “Principios Anatomía y Fisiología” (Tortora &
Derrikson)
[2] Extraído
del libro “Como Vivir Sano” (Asociación Interamericana de
Biocultura)
[3] Quién es
Alberto Martí Bosch?
Ex oncólogo
pediátrico, el Dr. Alberto Martí Bosch dictó en el III Congreso
Internacional sobre Tratamientos Complementarios y Alternativos en
Cáncer que acaba de celebrarse, una magistral ponencia en la que
situó como elementos fundamentales -no únicos- del tratamiento de
cualquier enfermedad -cáncer incluido- una alimentación cuya base
sean las verduras y las frutas, una dieta hiposódica, una
desintoxicación profunda del organismo usando básicamente
infusiones de hierbas y baños calientes con sal marina.
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