Querés colaborar? Tu donativo será de gran ayuda...

lunes, 3 de diciembre de 2012

Acidosis Crónica: Fuente de Múltiples Enfermedades




Para asegurar la homesotasis, los líquidos corporales deben contener cantidades similares de ácidos y bases. Cuanto mayor sea el número de iones hidrógeno (H+) disueltos en una solución, más ácida será ésta; por el contrario, cuanto mayor sea el número de iones hidroxilo (OH-), más básica (alcalina) será la solución. Las reacciones químicas que ocurren en el organismo son muy sensibles a los pequeños cambios en la acidez o alcalinidad de los líquidos donde tienen lugar. Cualquier desviación de los estrechos rangos normales de las concentraciones de H+ y OH- ocasiona grandes trastornos en las funciones corporales.

La acidez o alcalinidad de una solución se expresa en la escala de pH, que se extiende desde 0 hasta 14. El punto medio de la escala de pH es el número 7, donde las concentraciones de H+ y OH- son iguales. Una sustancia con un pH de 7, como el agua, es neutra. Una solución que tiene más H+ que OH- es una solución ácida y su pH es menor que 7. Una solución que tiene más OH- que H+ es una solución básica (alcalina) y tiene un pH mayor que 7. [1]

Considerables cantidades de ácidos son continuamente producidos en el cuerpo durante los procesos del metabolismo normal. Estos ácidos, como todos los otros, deben su actividad a los iones de hidrógeno en solución, los cuales tienen el poder de producir notables cambios fisiológicos, inclusive la muerte. Felizmente, los procesos del cuerpo son funciones muy eficientes para neutralizar los iones de hidrógeno. Son tan eficaces que, bajo todas las condiciones ordinarias de la vida, la reacción química, esto es, la concentración de iones de hidrógeno en la sangre y el flujo de los líquidos por las células del cuerpo, son prácticamente constantes. [2]



El ph de la sangre es ligeramente alcalino (7,35 – 7,45), y cualquier desviación es rápidamente neutralizada por mecanismos denominados “amortiguadores”. Uno de ellos es la utilización de un mineral alcalino, el calcio, razón por la cual, la acidosis crónica puede producir descalcificación y osteoporosis.

Como ya hemos dicho, el cuerpo vivo es siempre ligeramente alcalino (a excepción de ciertos órganos, como el estómago), y si los tejidos se tornan ácidos, aunque levemente, sobreviene la muerte. Pero antes de que la alcalinidad de la sangre sea reducida al punto neutro, surgen muchas y serias enfermedades. El exceso de ácido pone en peligro la salud y la vida. Todos los residuos del cuerpo son ácidos que deben ser eliminados sin demora. En los procesos ordinarios de la vida, los álcalis son consumidos de continuo, agotándose su provisión.

En gran parte, es por los alimentos que ingerimos, como podemos mantener el equilibrio correcto y, en estas condiciones, es evidente que necesitamos comer muchos alimentos que mantengan el cuerpo en un elevado grado de alcalinidad, y pocos alimentos que generen acidez.

Con excepción de algunas sustancias neutras o casi neutras, la reacción a cada alimento es ácida o alcalina. Esto significa que, después que el cuerpo ha aprovechado las sustancias nutritivas, los residuos son ácidos o son alcalinos.

Las sustancias alcalinas así formadas tienen el poder de neutralizar los varios ácidos de los fluidos del cuerpo y dejar práctiamente ningún residuo para ser expulsado por los órganos de eliminación. Por otro lado, los alimentos generadores de ácidos dejan buena parte de residuos.[2]



Alimentos Acidificantes

  • Carne y derivados.
  • Cereales y derivados (pan, galletitas, fideos).
  • Legumbres.
  • Leche y derivados. (Se considera la leche de vaca natural como alcalina).
  • Huevo.

Alimentos Alcalinizantes

  • La mayoría de las frutas y verduras.
  • Algunos consideran al mijo como ligeramente alcalinizante.

Se podría decir que los alimentos concentrados (carne, huevo, leche, cereales, legumbres y frutas secas) son acidificantes dado a que son de más difícil digestión y generadores de más residuos que las frutas y verduras. Como todo, es necesario encontrar un equilibrio entre los alimentos acidificantes y los alcalinizantes. Muchos especialistas recomiendan una ingesta diaria de un 75% de alimentos alcalinizantes y un 25% de alimentos acidificantes. Esta visión concuerda con muchas otras lineas de investigación de diferentes enfermedades (diabetes, cáncer, etc) que recomiendan una mayor cantidad de ingesta de frutas y verduras diarias. Además de su aporte de fibra, fitoquímicos que ayudan a curarnos, minerales, vitaminas, aminoácidos, azúcares; podemos sumarle su gran aporte como alcalinizadores, propiedad que derive seguramente de su calidad nutritiva anterior. Desgraciadamente en la dieta moderna predomina la ingesta de los alimentos acidificantes.



Como muestra la imagen, también hay otros factores que influyen en la acidificación del organismo como: deporte intensivo, sedentarismo, estrés, medicamentos, alcohol y tabaco. 



Pero, el limón es super ácido no? Sí pero aunque no lo crea tiene una acción alcalinizante...


Ácidos Inofensivos



El hecho de que algún alimento contenga cierto tipo de ácido, no lo convierte en un alimento formador de éste. El pomelo, el limón y la naranja, contienen ácido cítrico; la manzana contiene ácido málico; la uva contiene ácido tartárico. Todos estos ácidos son oxidados en las células del cuerpo y son exhalados por los pulmones, como gas carbónico. Estas frutas de sabor ácido dejan en el cuerpo residuos alcalinos que, por la oxidación se tornan fuentes de energía.. [2]


Ácidos Perjudiciales


Los siguientes productos contienen ácidos ofensivos al organismo, por lo que deben ser eliminados de la dieta:

  1. El vinagre contiene ácido acético, que perjudica a la digestión, ataca el hígado y tiene que ser expelido por los riñones.
  2. El ácido benzoico es, muchas veces, empleado en los alimentos con fines de conservación de los mismo. Debe ser evitado.
  3. El ácido úrico es un residuo de las células, debiendo ser eliminado por los riñones. [2]



Acidosis y Cáncer


El Dr. Martí Bosch [3] utiliza un lenguaje metafórico para explicar sus técnicas terapéuticas contra el cáncer. Nos explica que a las células cancerígenas hoy en día lo que se hace es, o bien “cortarle la cabeza” (cirugía), o “enviarla a la hoguera” (radioterapia), o “envenenarla” (quimioterapia), y que si ninguno funciona no se puede hacer más nada. Luego nos cuenta que la mejor forma de “conquistar” el cáncer es el “asedio”, cortando sus rutas de abastecimiento y modificando el entorno para que nadie pueda entrar ni salir; y luego sentarse a esperar o reforzar el asedio con máquinas y herramientas de asalto. Para esto era imprescindible entender las condiciones de supervivencia de una célula cancerosa, a diferencia de una célula sana.

Según sus investigaciones, Otto Heinrich Warburg (premio Nobel por su tesis "la causa primaria y la prevención del cáncer”) explicaba:




“La falta de oxígeno y la acidosis son las dos caras de la misma moneda: cuando usted tiene uno, usted tiene el otro. Las substancias ácidas rechazan el oxígeno; en cambio, las substancias alcalinas atraen el oxígeno.”

“Privar a una célula de 35% de su oxígeno durante 48 horas puede convertirlas en cancerosas.”

“Todas las células normales tienen un requisito absoluto de oxígeno, pero las células cancerosas pueden vivir sin oxígeno, una regla sin excepción.”

“Los tejidos cancerosos son tejidos ácidos, mientras que los sanos son tejidos alcalinos.”

En su obra “El Metabolismo de los Tumores”, Warburg explicaba que todas las formas de cáncer se caracterizan por dos condiciones básicas: la acidosis y la hipoxia (falta de oxígeno). También descubrió que las celulas cancerígenas son anaerobias (no utilizan oxígeno) y no pueden sobrevivir en un entorno con alto nivel de oxígeno. En cambio, sobreviven a la glucosa, siempre y cuando el entorno esté libre de oxígeno.

Volviendo al Dr. Martí Bosch, él explica que “se sabe que la célula sana vive en un medio alcalino rico en oxígeno, usa muy poco sodio para vivir y utiliza proteínas levógiras (con giro a la izquierda) que son estables en él. Por el contrario, el paciente que desarrolla un proceso oncológico entra en acidosis metabólica (es decir, el terreno se acidifica) y hay entonces escasez de oxígeno (a eso le llamamos hipoxia) lo cual obliga a las células sanas a mutar si no quieren morir. “



Se puede concluir con todo esto que el cáncer es simplemente un mecanismo de supervivencia que usa la célula para vivir en un entorno desfavorable, es decir, ácido y sin oxígeno.

Contínua diciendo el Dr. Bosch: “luego si queremos neutralizarlo sin atacarlo (al cáncer), ¿qué habrá que hacer? Pues usar la táctica del asedio. Y para ello hay primero que desacidificar el terreno alcalinizando al paciente. Lo que se logra erradicando los ácidos que se han acumulado en el organismo. En este ámbito es por eso clave la alimentación -hay que eliminar de la dieta todo lo que acidifica y eso incluye el alcohol, el café, el tabaco, el azúcar, los lácteos, los hidratos de carbono refinados, la carne roja- y tomar periódicamente baños de agua caliente con sal marina. En segundo lugar debe seguirse una dieta hiposódica, es decir muy baja en sodio o sal. Tercero, es preciso aportar al sistema enzimas proteolíticas de acción selectiva, enzimas con capacidad para eliminar las proteínas dextrógiras dejando intactas las levógiras. Y aquí hay que recordar el extraordinario trabajo de D. Fernando Chacón, creador del Bio Bac, producto que logra exactamente eso. En suma, si eliminamos las proteínas dextrógiras dejando a las células tumorales sin comida, hacemos una dieta hiposódica -sin sodio las células cancerosas no pueden mantener la estabilidad de la membrana y el citoplasma- y reducimos el nivel de ácidos, el medio se vuelve alcalino y rico en oxígeno. Y el oxígeno es tóxico para la célula tumoral anaeróbica. En definitiva, para que las células cancerosas mueran basta modificar su entorno porque no sobreviven en terrenos alcalinos y oxigenados. Da un resultado excelente. Por eso cada vez son más abundantes los casos de remisiones entre los enfermos de cáncer que siguen este protocolo.”

Estas son las recomendaciones para curar el cáncer por el Dr. Bosch, pero como más vale prevenir que lamentar, creo que esta información es importante para todos. Es importante una alimentación más alcalina, es decir, donde predominen las frutas, verduras, germinados, brotes y semillas.

Hay una variedad de causas para el desbalance ácido-alcalino, pero la dieta es el factor principal. Generalmente, si nuestra dieta incluye muchos alimentos ácidos tales como: grandes cantidades de carnes, embutidos, granos, leche pasteurizada, grasas, azúcar, y exceso de proteína en general, en personas de cierta estructura, su cuerpo se vuelve ácido. Si se consume muchos alimentos alcalinos tales como: frutas, vegetales, miso y vegetales de mar, con esa misma estructura, se puede volver el cuerpo alcalino. Investigaciones alrededor del mundo concuerdan que una relación óptima de ingestión ácido-alcalina es aproximadamente de 80% alimentos alcalinos y 20% alimentos ácidos. Pero, cada individuo debe encontrar su propio balance.



[1] Extraído del libro “Principios Anatomía y Fisiología” (Tortora & Derrikson)
[2] Extraído del libro “Como Vivir Sano” (Asociación Interamericana de Biocultura)
[3] Quién es Alberto Martí Bosch?
Ex oncólogo pediátrico, el Dr. Alberto Martí Bosch dictó en el III Congreso Internacional sobre Tratamientos Complementarios y Alternativos en Cáncer que acaba de celebrarse, una magistral ponencia en la que situó como elementos fundamentales -no únicos- del tratamiento de cualquier enfermedad -cáncer incluido- una alimentación cuya base sean las verduras y las frutas, una dieta hiposódica, una desintoxicación profunda del organismo usando básicamente infusiones de hierbas y baños calientes con sal marina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lo Más Visto