Buenas. Hoy les quería comentar sobre los perjuicios del consumo
frecuente de azúcares refinados o de cualquier alimento que los
contenga (gaseosas, galletitas, etc.). En particular, vamos a leer
sobre la hipoglucemia reactiva crónica que surge del consumo
cotidiano de dichos alimentos. Veamos qué es.
La glucosa es
el carburante que permite a las células funcionar con normalidad. El
organismo debe, por tanto, estar a disposición e las células, y por
ello almacena la glucosa en forma de glucógeno en el hígado y en
los músculos.
Si bien el
azúcar es una sustancia indispensable para nuestro organismo y para
el metabolismo, también puede revelarse como un producto
perjudicial. Normalmente, se suele hablar de azúcares “bueno” y
de azúcares “malos”. El azúcar blanco refinado, que se
encuentra en las golosinas, en los pasteles, en las bebidas gaseosas,
en los zumos de fruta envasados, etc., es el azúcar malo. Se absorbe rápidamente en la sangre, y la sacarosa induce a un pico de
hiperglucemia (nivel alto de
glucosa en la sangre). El páncreas secreta abundante
insulina para favorecer el almacenamiento tisular de la glucosa. En
las horas que siguen, tiene lugar una hipoglucemia (nivel
bajo de glucosa en la sangre) reactiva, que produce la
necesidad de consumir de nuevo azúcar. Ésta se acompaña de una
sensación particular, denominada comúnmente “desfallecimiento”,
que a menudo suele darse a media mañana o a media tarde. Se abre una
puerta al círculo vicioso si de nuevo se ingiere azúcar para hacer
frente al malestar de la hipoglucemia.
El café, que
favorece la liberación de insulina, tiene el mismo efecto. En
cambio, el alcohol, al inhibir la glucogénesis (generación
de glucosa), induce una hipoglucemia secundaria.
Los tests de
hiperglucemia inducida en 4 horas, realizados en laboratorios de
análisis, revelan estas hipoglucemias reactivas crónicas, así como
su gran frecuencia en la población.
Las
hipoglucemias reactivas crónicas son extremadamente nocivas para el
organismo. Cuando a las células del organismo, en particular las
cerebrales, les falta glucosa, funcionan mal y “sufren”. Esta
disfunción es el origen de una gran diversidad de trastornos
funcionales:
- Depresión nerviosa.
- Ansiedad.
- Mareos.
- Desfallecimiento, astenia.
- Adormecimiento.
- Falta de sensaciones.
- Hiperemotividad.
- Irritabilidad.
- Dolores de cabeza.
- Espasmos musculares.
- Angustia.
- Insomnio.
- Convulsiones.
- Síndrome premenstrual.
- Indigestión crónica, etc.
En general, se observa un predominio
de las afecciones de carácter neurológico.
Por otro lado la hipoglucemia
reactiva produce un excesivo consumo de oligoelementos y de vitaminas
del grupo B para asegurar las necesidades de adaptación. A largo
plazo, el terreno hipoglucémico, agota al organismo, causa
trastornos metabólicos que producen una sensación de fatiga y
conduce, a menudo, a un gran aumento de peso.
Las personas con hipoglucemia
tendrán que ser más estrictas en cuanto al consumo de alcohol y
café. El azúcar completo (o
integral), mejor tolerado que el azúcar refinado, ya que
aporta el factor de tolerancia a la glucosa, deberá consumirse con
moderación y en presencia de fibras, que lentificarán su absorción.
Esto último, es la forma
natural en la que el azúcar se presenta en las frutas!
El consumo de complementos
nutricionales que aporten vitaminas del grupo B, minerales como el
cromo (que tiene un papel regulador en la glucemia) y ácidos grasos
esenciales, tendrá un efecto regulador.
Se preguntarán
ustedes ahora, qué alimentos tienen vitaminas del grupo B, cromo y
ácidos grasos esenciales? Los cereales integrales, las legumbres y
las nueces son buenas fuentes de vitaminas del grupo B. El cromo
puede encontrarse también en cereales integrales, especialmente el
centeno y el maíz, en el brócoli, la lechuga, las cebollas, las
papas, las avellanas y las almendras. Y los ácidos grasos esenciales
pueden obtenerse en alimentos como el pescado, las semillas de chía
y lino, o las nueces. Eso es todo por hoy, espero que les haya
interesado el tema y que le aflojen al azúcar. Además, no hay nada
más rico para comer algo dulce que las frutas, unas pasas de uva o
la miel!
Fuente Consultada: "La Alimentación, 3ra Medicina" del Dr. Jean Seignalet.
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