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sábado, 3 de noviembre de 2012

Ventajas de las Dietas Vegetarianas



Diversos estudios epidemiológicos realizados en distintos países coinciden en afirmar que los grupos de alimentación que siguen propuestas de alimentación vegetariana, presentan menor incidencia de ciertas enfermedades de elevada incidencia y prevalencia en los países industrializados, y que acostumbran a relacionarse con el consumo abusivo y cotidiano de alimentos , especialmente de origen animal. Así pues, parece ser que las enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, la diabetes tipo 2, la obesidad, la hipertensión arterial, las dislipemias, los elevados niveles de ácido úrico y el estreñimiento se diagnostican con mayor frecuencia en la población omnívora que entre la población vegetariana.

El consumo de carbohidratos complejos es más elevado entre la población vegetariana, principalmente entre los vegetarianos estrictos. Al mismo tiempo, los vegetarianos ingieren como mínimo los 25-30g de fibra diarios, recomendados en una alimentación equilibrada, superando ampliamente estas cantidades los vegetarianos estrictos.

Tanto el aumento del consumo de hidratos de carbono complejos como el aumento de fibra son recomendaciones básicas en las estrategias para mejorar los hábitos alimentarios de varios países del mundo.

En relación a las grasas, es evidente que al no incluir carnes ni elaborados cárnicos, este tipo de dieta puede disminuir considerablemente el aporte calórico global, así como el procedente de grasas totales, grasas saturadas, colesterol y sodio (incluido en la elaboración de embutidos y platos preparados), y también el aporte de purinas derivadas del metabolismo proteico. La ingesta de ácidos grasos saturados y colesterol de los vegetarianos estrictos es prácticamente nula.

La población vegetariana acostumbra a incluir en su dieta, con más frecuencia y en mayor cantidad, frutas y frutos secos. El incremento de consumo de frutas favorece la mayor ingesta de fibra y vitaminas hidrosolubes (como la vitamina C), mientras que el incremento en el consumo de frutos secos (nueces, avellanas, almendras...) aumenta el aporta de grasas poliinsaturadas, proteínas de origen vegetal y fibra. El consumo habitual de frutos secos ha sido considerado por numerosos estudios como un posible agente protector frente a enfermedades cardiovasculares.

Además, entre la población vegetariana, puede destacarse un mayor consumo de antioxidantes (flavonoides, vitamina E, vitamina C, carotenos...) que se encuentran principalmente en los alimentos vegetales.
Éstos serían, a grandes rasgos, los caracteres nutricionales más favorables de la propuesta alimentaria vegetariana.

Fuente: Diccionario Larousse de la Dietética y Nutrición


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