Muy buenos días a
todos. El día de hoy les quiero brindar información alternativa
sobre la leche. Según estos dos especialistas en los que baso este
artículo, la leche no es el alimento perfecto que tantas personas y
médicos (lo más preocupante) piensan. Obviamente, estos señores no
hablan por hablar, sino que se basan en múltiples estudios
científicos realizados y silenciados por la industria láctea.
Empezaremos con lo presentado por el especialista en Nutrición
Higienista, Harvey Diamnond, en su muy buen libro “La Antidieta”.
Luego, repasaremos lo que nos cuenta al respecto el Dr. Jean
Seignalet en su libro “La Alimentación, la 3ra Medicina”. En
dicho libro, el Dr. Jean Seignalet recomienda evitar o reducir al
mínimo el consumo de productos lácteos y nos brinda la información
en la que basa dicha decisión. Por último, les dejo el enlace al
documental “Got the Facts on Milk”, cuya traducción sería
“Tienes los hechos sobre la leche?”, y en el cual se presenta una
gran investigación sobre este tema, consultando a muchos
especialistas e investigando la razón por la cual la leche es tan
recomendada. Veamos qué nos dicen estos personajes.
Qué nos dice
sobre la leche Harvey Diamond?
Las siguientes palabras son transcripciones del libro “La
Antidieta” de dicho autor. En dicho libro, este especialista en
nutrición nos dice:
Que comer productos lácteos sea
aconsejable es algo tan discutible como el hábito de comer carne.
Como sucede con las proteínas, hay
una cantidad de información colosal que vincula el consumo de
productos lácteos con las enfermedades cardíacas, el cáncer, la
artritis, migrañas, alergias, infecciones de oídos, fiebre del
heno, asma, dolencias respiratorias y multitud de otros problemas,
tal como lo documentan entre otros Hannah Allen, Alec Burton,
Viktoras Kulvinskas, F. M. Pottenger, Herbert M. Shelton y N. W.
Walker.
La leche de vaca fue pensada y se
fabrica con un propósito y sólo uno: para alimentar a los
ejemplares jóvenes de la especie. Ningún animal bebe, ni quiere
beber leche una vez que lo han destetado. Claro que no estoy hablando
de los animales domesticados, cuyas inclinaciones naturales han sido
pervertidas. Los hombres, por otra parte, enseñamos que después de
que la madre ha terminado con su función de nodriza, debe asumirla
la vaca.
¿Habéis visto alguna vez a una
cebra mamando de una jirafa? ¿No? ¿Y a un perro de una yegua?
¿Tampoco? Bueno, pues, ¿habéis visto a un ser humano mamando de
una vaca? Los tres ejemplos son igualmente ridículos. Pero sí
habéis visto seres humanos mamando de vacas, porque sí alguna vez
visteis como alguien se bebía un vaso de leche o se comía cualquier
clase de producto lácteo. Lo que habéis visto es eso.
Hay una cosa respecto de la cual los
hechos son claros, y es que la composición química de la leche de
vaca es diferente de la de la leche humana.
Las enzimas necesarias para
descomponer y digerir la leche son la renina y la lactasa, que en la
mayoría de los seres humanos ya han desaparecido a los tres años.
En todo tipo de leche hay una
sustancia que se llama caseína, pero en la leche de vaca hay
trescientas veces más caseína que en la leche humana, para que
puedan formarse huesos mucho más grandes. En el estómago, la
caseína se coagula, formando grandes copos densos y difíciles de
digerir, adaptados al aparato digestivo de la vaca, que tiene cuatro
estómagos. Una vez dentro del organismo humano, esa masa densa
viscosa impone al cuerpo un tremendo esfuerzo para liberarse de ella.
Dicho de otra manera: que para digerirla se ha de gastar una enorme
cantidad de energía. Lamentablemente, esa sustancia viscosa se
endurece en parte, y se adhiere al revestimiento del intestino,
impidiendo que el cuerpo pueda absorber otras sustancias nutritivas.
Además, los productos de la digestión de la leche dejan en el
cuerpo gran cantidad de mucus tóxicos, muy acidificante, que se
almacena parcialmente en el cuerpo en espera del momento en que se
pueda eliminarlo. La próxima vez que estés por quitar el polvo de
tu casa, úntalo todo con una pasta y ya verás, qué fácil es pasar
el plumero. Pues lo mismo hacen los productos lácteos dentro del
cuerpo. La caseína, dicho sea de paso, es la base de uno de los
adhesivos más fuertes que se usan en carpintería.
La dificultad más grave que se
deriva del consumo de lácteos es la formación de mucus en el
organismo, que la tapizar las membranas mucosas, las obliga a cumplir
muy lentamente su función, con el consiguiente desperdicio de
energía vital. La dificultad para rebajar de peso se duplica, e
incluso de triplica, cuando el sistema está sobrecargado de
mucosidades.
Una de las autoridades que más
abiertamente cuestionan el punto de vista tradicional en lo referente
a los lácteos es el doctor William A. Ellis, cirujano y osteópata
jubilado, sumamente respetado en la comunidad científica y que ha
investigado durante 42 años todo lo que tiene que ver con el consumo
de leche y con los problemas que con él se relacionan. Él expresó:
“Durante mis cuarenta y dos años de práctica, he hecho a mis
pacientes más de veinticinco mil análisis de sangre, que, en mi
opinión, demuestran de manera concluyente que los adultos que
consumen productos lácteos no tienen tan buena absorción de las
sustancias nutritivas como quienes no lo hacen. Naturalmente, esta
mala absorción significa, a su vez, fatiga crónica”.
Hay gente que insiste en que los
lácteos son necesarios, por el calcio. Nos han hecho creer que la
leche es una importante fuente de calcio, y que si no bebemos leche
se nos caerán los dientes o se nos desintegrarán los huesos. Para
empezar, el calcio que hay en la leche de vaca es mucho más basto
que el contenido en la leche humana, y está asociado con la caseína,
lo cual impide que el organismo pueda absorverlo. Además, la mayoría
de los bebedores de leche y comedores de queso consumen productos
pasteurizados homogeinizados o sometidos a alguna otra forma de
procesamiento, que degrada el calcio y lo hace sumamente difícil de
utilizar.
El hecho es que todas las verduras
de hoja verde contienen calcio. Todas las nueces (crudas) contienen
calcio. Y las semillas de sésamo crudas contienen más calcio que
ningún otro alimento que haya sobre la tierra. También la mayoría
de las frutas lo contienen. Si diariamente comes fruta y verdura y
algunas nueces crudas, aunque sea ocasionalmente, no puedes tener una
deficiencia de calcio. Las mejores fuentes de calcio son las semillas
de sésamo crudas, todas las nueces crudas, las algas (iziki, kelp,
dulce), todas las verduras de hoja y los frutos concentrados, como
los higos, dátiles y ciruelas pasas. La vaca? de dónde obtiene el
calcio?! De los granos y la hierba! Y seguro que no beben leche ni
comen queso para asegurárselo.
Es importante entender el papel que
desempeña el calcio en el organismo humano. Una de sus funciones
principales es neutralizar la acidez en el sistema. Mucha gente que
cree tener una deficiencia de calcio sigue una dieta sumamente
acidificante, de manera que la neutralización de esta acidez, esta
constantemente usurpando el calcio del cuerpo. Todos los productos
lácteos son sumamente acidificantes. Lo irónico es que la gente
consume productos lácteos para asegurarse el calcio, y el calcio que
ya existe en su organismo se consume para neutralizar los efectos de
los productos lácteos que van comiendo.
Mi conclusión
sobre estas palabras del especialista: no sólo la leche no es
necesaria sino que es un alimento perjudicial para la salud. Lo mejor
es una alimentación basada principalmente en frutas, verduras,
germinados, brotes y semillas.
Qué nos cuenta
el Doctor Jean Seignalet?
Por su parte el doctor Jean Seignalet, en su libro “Alimentación,
la 3ra Medicina”, realiza las siguientes reflexiones sobre el
consumo de leche de vaca:
- Ningún animal salvaje se alimenta de la leche de otro animal ni sigue tomando leche después del destete. Estas dos reglas son transgredidas por el hombre y ciertos animales domésticos.
- Las leyes de Darwin nos indican que la leche materna es un alimento muy bien adaptado a las necesidades del niño pequeño, mientras que la leche de vaca está muy bien adaptada a las necesidades del ternero, pero no a las del hombre.
- Como dijo Burger (1988), la leche de vaca permite al ternero el rápido desarrollo de los huesos, pero no así del cerebro. El hombre, al contrario, puede permitirse un crecimiento óseo lento y desarrollar más el cerebro. Por tanto, no es sorprendente que Lucas y col. (1992) hayan observado en niños de ocho años una media de CI más elevada en los que fueron amamantados respecto a los niños alimentados con leche de vaca.
También señala algunos efectos
nocivos que tiene la leche humana y que influencia en el desarrollo
de algunas enfermedades. Nos comenta: Si exploramos la literatura,
vemos que la leche de vaca y sus derivados han sido incriminados en
diversas enfermedades:
- En la poliartritis reumatoidea, la supresión de los productos lácteos provoca una remisión de las artritis, y su reintroducción es seguida de una recidiva en un porcentaje nada despreciable de pacientes (Darlington, 1986).
- En la diabetes juvenil de instauración reciente, Karjalainen y col. (1992) observan constantemente un grado elevado de anticuerpo contra la albúmina bovina y les atribuyen un papel en el origen de las lesiones del páncreas endocrino.
- En la esclerosis múltiple, Kousmine (1980) y Swank (1991) obtuvieron bloqueos de evolución significativos pidiendo a los pacientes que suprimieran de su alimentación las grasas saturadas de origen animal, entre ellas leche y derivados, para sustituirlas por grasas insaturadas de origen vegetal.
- Ciertas migrañas son claramente provocadas por la ingestión de productos lácteos y cesan cuando éstos se suprimen (Monro y col., 1984).
- La enfermedad de Crohn está claramente más extendida entre los anglosajones y los escandinavos que entre los latinos, lo cual se ha relacionado con un consumo de leche mayor en el caso de los primeros.
- En Francia, las lesiones cardiovasculares son más frecuentes, y la media de vida es más corta en el norte que en el sur. Esto se atribuye en gran parte al consumo de mantequilla por los primeros y de aceite, en particular de oliva, por los segundos.
Con respecto a la
enzima lactasa que digiere la lactosa comenta: la concentración
de lactasa se reduce a medida que avanza la edad e incluso desaparece
completamente en algunos adultos, lo cual demuestra que, más allá
de la fase de crecimiento, la lactasa, y en consecuencia, la leche no
son fundamentales.
Y sobre el aporte
de calcio y hierro de la leche vacuna, y comparándola con la leche
materna dice: la absorción de hierro es diez veces menor (que
la de la leche materna), por lo que quedan restos de hierro en el
intestino, lo cual favorece la proliferación de gérmenes patógenos.
La absorción de calcio es mucho menor debido al exceso de fosfatos,
lo cual deriva en ocasiones en una hipocalcemia a priori paradójica.
El calcio de la leche de vaca es poco accesible.
Para los que no lo
vieron, yo ya compartí aquí un excelente documental norteamericano
sobre los lácteos, sus efectos, los intereses económicos que hay
detrás, las investigaciones científicas que la desaconsejan, y más.
Podés entrar en el siguiente enlace para verlo:
Para aquel que está
muy habituado a consumir leche, siempre es posible encontrar algunas
alternativas. Una posibilidad que se usa mucho hoy en día es la de
las leches vegetales: de almendras, nueces, sésamo, avena, etc. En
otro artículo seguramente pondré algunas recetas y los beneficios
de las leches más conocidas. Por ahora lo dejo para que lo
investiguen. También está muy de moda la leche de soja pero también
anda circulando información sobre algunos efectos perjudiciales de
la soja; habría que investigar el tema. Quizás sea el tema de algún
otro momento.
Bueno, eso es todo
por hoy. Saludos!
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