Las enzimas son
sustancias que intervienen en todas las funciones de los organismos
vivos y hacen posible cada aspecto de nuestro metabolismo. Son
denominados catalizadores biológicos, ya que aceleran las reacciones
en las que intervienen reduciendo lo que se conoce como “energía
libre de activación”, es decir, la energía necesaria para que se
alcance el estado de transición y se produzca la reacción.
Las enzimas pueden
clasificarse en tres tipos principales:
- Metabólicas. Son las responsables de la reparación de cada célula, reestructurando y remodelando cada célula, y son fundamentales para conservar la salud.
- Digestivas. Son las que ayudan a digerir la comida. En esta categoría podemos encontrar las proteasas (para digerir proteínas), amilasas (hidratos de carbono) y lipasas (grasas).
- Alimentos. Son las que están en los alimentos crudos y ayudan a digerirlos.
Las últimas también se conocen como
enzimas exógenas, dado que provienen del exterior del organismo. Al
contrario, las dos primeras son enzimas endógenas. Al ingerir un
alimento con bajo contenido de enzimas exógenas, deben consumirse
enzimas endógenas, agotando la reserva enzimática.
Los órganos digestivos como el páncreas y el hígado son los encargados de producir la mayoría de las enzimas digestivas. El resto de las enzimas digestivas deben ser aportadas por alimentos frescos no cocinados, como frutas, verduras, germinados, algas, semillas, productos lácteos no pasteurizados y suplementos de enzimas.
Las enzimas se encuentran en los
alimentos frescos y crudos, y son muy sensibles al calor: se
destruyen a temperaturas a partir de los 30°. Una dieta a base de
alimentos cocinados y procesados obliga al páncreas a segregar mayor
cantidad de enzimas digestivas. Si el páncreas está trabajando en
exceso, se produce una deficiencia de enzimas metabólicas vitales
para el buen desarrollo de todas las funciones celulares (como la
eliminación de toxinas).
En uno de sus informes sobre el antienvejecimiento, el autor de salud natural Jon Barron constató el importante papel desempeñado por las enzimas digestivas en el antienvejecimiento.
En uno de sus informes sobre el antienvejecimiento, el autor de salud natural Jon Barron constató el importante papel desempeñado por las enzimas digestivas en el antienvejecimiento.
El Dr. Howell, en su libro sobre
nutrición de enzimas, dice que la esperanza de vida de una persona
está directamente relacionada con el agotamiento de su potencial
enzimático. Y el uso de enzimas alimenticias reduce ese nivel de
agotamiento y por lo tanto tiene como resultado una vida más larga,
saludable y vital.
Es decir, con una dieta
predominantemente a base de alimentos crudos como frutas, verduras,
germinados y semillas, envejecemos más lentamente!
Con motivo de los descubrimientos
realizados del valor de las enzimas digestivas, ya se ha comenzado a
realizar enzimoterapia, es decir, la ingestión de enzimas digestivas
con fines terapéuticos. Según el autor sobre salud Tony Isaac,
algunas funciones de la enzimoterapia pueden ser:
- Antiinflamatorio.
- Fluidificante de la sangre.
- Modulación del sistema imnune, aumentando los mecanismos de defensa.
- Eliminación de materiales tóxicos.
- Prevención de coágulos sanguíneos y agregación de plaquetas en las venas.
- Ayudar a desintoxicar el hígado.
- Luchar contra los virus.
Ya dijimos que los alimentos crudos son
una gran fuente enzimática. Veamos ahora dos bebidas enzimáticas
que están cada vez más de moda hoy en día: la leche de alpiste y
el rejuvelac.
Leche de Alpiste
Se ha descubierto el poder del alpiste gracias a investigaciones hechas por científicos de la Universidad Autónoma de México. Ellos descubrieron que esta semilla contiene buena cantidad de aminoácidos estables (los aminoácidos componen las proteínas) y una gran riqueza enzimática.
Los beneficios y
las propiedades de la leche de alpiste son:
- Antioxidante, es decir, nos limpia de los radicales libres en exceso que podemos tener y que son causa de un envejecimiento prematuro y diferentes patologías.
- Gran fuente de proteína vegetal.
- Poderoso desinflamante de los órganos internos, como riñones, hígado y páncreas.
- Por su aporte de enzimas, es un gran regenerador pancreático y se recomienda a diabéticos.
- Combate la cirrosis, al aumentar el conteo de hepatocitos (células del hígado) y desinflamar el hígado.
- Es útil contra la hipertensión, ya que favorece la diuresis.
- Inhibe la reproducción de bacterias en las vías urinarias.
- Se recomienda en obesidad (por eso su fama) ya que elimina grasa rápidamente dado su aporte de la enzima lipasa.
Cómo se prepara? Es una pavada. Se
ponen más o menos cinco cucharadas de alpiste en remojo toda la
noche. Al otro día, se filtra y se tira el agua de remojo. Se pone
el alpiste en la licuadora con agua (a gusto, dependiendo de la
consistencia que se quiera). Lo mejor es empezar con poca agua e ir
agregando hasta llegar a la consistencia deseada. Se termina de
licuar, se filtra el resultado con algún colador fino (exprimiendo
bien la pasta que queda para que salga todo el líquido) y listo!
Acá tenés un video sino...
Importante! El alpiste debe
comprarse en tiendas naturistas y debe ser comestible para humanos.
No es el mismo que el que venden a los pájaros ya que tiene menos
cáscara. No se debe tomar más de dos vasos al día. Lo mejor es al
despertarnos en ayunas, y a la noche, antes de dormir.
También llamada “agua enzimática”. Se obtiene del remojo de
semillas germinadas, lo cual estimula un enriquecedor proceso
fermentativo. Aporta un nivel muy alto de enzimas y bacterias
benignas, necesarias para un colon saludable. Esto nos cuenta el
técnico en nutrición Néstor Palmetti en su libro “Nutrición
Depurativa”:
“Hay varias
formas de preparar esta agua enzimática. Originalmente se utilizaban
granos o brotes de trigo. Luego se fueron usando otros granos, como
centeno, cebada o mijo. También es recomendable el uso de germinados
de fenogreco, lenteja, quínoa o amaranto; siendo recomendados por el
Dr. David Jubb los dos primeros como antianémicos, por su capacidad
para fijar hierro y mejorar el equilibrio intestinal. En la
preparación es muy importante asegurar la higiene de los recipientes
y la calidad del agua. Dado que se parte se semillas germinadas
durante 48 horas, debemos cuidar que hayan sido correctamente
enjuagadas durante el brotado, a fin de evitar la presencia de hongos
indeseables en la fermentación.
Para el
cultivo, se colocan los brotes en un frasco de vidrio y se cubren con
agua, en proporción de litro de agua por taza de germinados. Se tapa
el frasco con tul y banda elástica, manteniéndolo 48 horas a
temperatura ambiente (20-22ºC). Si la temperatura es mayor (verano),
se puede acortar el tiempo de maceración. Hay quienes prefieren
moler los brotes antes de incorporar el agua, reduciendo así el
tiempo de cultivo. Luego del cultivo se trasvasa el líquido
resultante a otro frasco, se le agrega jugo de medio limón y se lo
guarda en heladera, pudiéndose consumir de inmediato. Los germinados
remanentes en el frasco se pueden utilizar nuevamente, cuidando de no
enjuagarlos y agregando sólo la mitad de agua usada en el cultivo
inicial, a fin de obtener la misma calidad de agua enzimática.
También se
pueden consumir los brotes residuales, incorporados a otras
preparaciones. El agua enzimática debe ser turbia, ambarina, de
sabor ligeramente ácido y algo carbonatado, con reminiscencias
gustativas a levaduras y con algo de espuma en superficie. El exceso
de fermentación la convierte en una bebida agria. La deficiencia en
cambio puede darle sabor amargo.
Se puede
conservar varios días en heladera (una semana), aunque por su
sencillez, conviene hacer agua enzimática periódicamente. Se
utiliza como bebida refrescante y vitalizante, sola o combinada; con
kéfir de agua y jugo de frutas da lugar al exquisito trienzimas.
También tiene importantes usos culinarios; se puede utilizar en la
preparación de licuados y como ingrediente en el queso de semillas o
la sopa energética.”
Personalmente, probé hacer el rejuvelac de centeno, lentejas y
fenogreco. El olor no me agradó nada de ninguno de los tres, pero
especialmente el de centeno que lo terminé tirando. Con los otros
dos me animé a tomarlos y la verdad que tenían buen sabor. Eso sí,
los tomo con la nariz tapada ja. Ninguno de los dos me cayó mal, no
me produjo nauseas, ni vómitos, ni diarrea, ni dolores de estómago,
ni nada de eso. Y repito que tiene un sabor y una textura
interesante.
Bueno eso es todo con las enzimas. Espero les haya gustado el
artículo. Saludos!
Fuentes
Consultadas:
"Las enzimas digestivas son importantes para la salud y la
longevidad”
http://www.doctornews.org/?p=2732
http://www.doctornews.org/?p=2732
“Terapia enzimática”
“Leche de Alpiste”
“El poder de las enzimas”
“Agua enzimática: Reponiendo carentes enzimas”
“Enzimas-Antienvejecimiento-Nutrición”
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